Skip to Content

Edición Especial #3

David Bestué

Aníbal / Salamanca
Comprar

Aníbal/Salamanca es un homenaje a Aníbal Núñez ( Salamanca, 1944-1987), un poeta que registró la transformación que sufrió Castilla a partir de los años sesenta, sobretodo el impacto modernizador que arrasó la naturaleza y urbanizó el campo. Por otro lado, con un estilo basculante entre la ironía y la exaltación lírica, también exploró la problemática relación entre el lenguaje y lo real.

Partiendo de sus textos de un modo literal, David Bestué propone una edición escultórica a base de la mezcla de algunos de los ingredientes de su poesía. Por un lado la forma viene dada por un ladrillo recogido en Tejares, un pueblo del que habló el poeta y que el siglo pasado se transformó en una barriada periférica de la capital salmantina. El “barro” de este ladrillo es una mezcla de flores y frutos de un mismo manzano, aglutinados con lodo del río Tormes.

Producción: Xflash

Fotografías: MuroAzul

David Bestué (Barcelona 1980) es un artista interesado en la confluencia entre la escultura, la poesía y la arquitectura. Entre sus exposiciones individuales recientes destaca De perder un nombre (Diputación de Huesca, 2020), Miramar (Pols, Valencia, 2019), ROSI AMOR (Museo Reina Sofía, Madrid, 2017) y Realisme (La Capella, Barcelona, 2015). También ha participado en exposiciones colectivas tales como Infinite Sculptures (Museu Calouste Gulbenkian, Lisboa, 2020), entre otros. Sus últimos libros son Historia de la Fuerza (Caniche, 2017) y Viaplana y Piñón (Puente editores, 2018).

 

TIJ: La pieza Aníbal / Salamanca toma su nombre directamente de su relación con la figura del poeta Aníbal Nuñez y el vínculo con el territorio salmantino. ¿Nos puedes contar un poco sobre ambas relaciones y por qué te interesaba trabajar con ellas?

 

David Bestué: El punto de partida, como comentáis, es esa relación del poeta con Salamanca, y como en sus sucesivos libros registra los cambios sociales y paisajísticos de este lugar y, por extensión, de Castilla, despejando los clichés con los que se había cubierto ese territorio durante la primera mitad del siglo XX. Se trata de una poesía exquisita pero al mismo tiempo melancólica, hecha jirones porque de algún modo habla de la dificultad de tratar líricamente un territorio que en ese momento (me refiero a los años setenta y ochenta) estaba sufriendo un impacto modernizador muy agresivo. Por eso en la poesía de Aníbal Núñez aparece el trigo, el junco o el lirio pero también una escombrera, grúas y materiales como el polivinilo. 

 

TIJ: La forma y los materiales en tus obras toman un papel muy importante, en su aparente simpleza acumulan una gran cantidad de información y significado. En el caso concreto de Aníbal/Salamanca, nos encontramos frente a un lingote de apariencia sólida y neutra, ¿podrías explicarnos qué datos recoge en su composición y formato?

 

David Bestué: La idea de lingote me interesa porque marca, de algún modo, un grado cero formal, una resistencia a adquirir figuración para centrarse en su contenido material. En realidad sus dimensiones vienen dadas por un ladrillo recogido en Tejares, una población cercana a Salamanca que cita Núñez como ejemplo de esos lugares pintorescos que con el tiempo acabaron convertidos en barriadas periféricas de la ciudad. En cuanto a los materiales, he querido jugar con espacios y tiempos extraídos literalmente de su poesía. Respecto a los tiempos, en cada bloque hay una flor y un fruto de un mismo manzano, recogidos en dos momentos diferentes del año. Respecto a los espacios, dicha flor y fruto están mezclados con lodo del río Tormes, cuya forma viene dada, como comenté antes, por un ladrillo de Tejares, ubicado en su orilla. Para mí esta pieza adquirirá pleno sentido cuando los cuarenta ejemplares de la edición se vayan vendiendo, porque será como si el árbol contenido en él se dispersara. 

 

TIJ: Encontramos similitudes entre tu trabajo -desde las artes visuales- y la poesía de Aníbal Núñez. Ambas se conforman como piezas de una equilibrada asepticidad que transmiten con fuerza inusual un gesto o un sentir que puede tomar un matiz humano, político, o social. 

¿Qué es lo que te atrajo en un principio de la figura de Ánibal Núñez? ¿Hay algunos versos en concreto o algún poema que aún mantienes en tu cabeza?

 

David Bestué: Supongo que lo que me atrajo es esa mirada ya un poco descreída del poeta, respecto al espacio mítico de la naturaleza y del propio formato poético. En sus textos aparece repetidamente ese desajuste entre realidad y lenguaje que creo que intenta enmendar hundiendo las palabras en el territorio y en los elementos específicos que lo componen. Mezcla ruinas de edificios y de palabras, toponimias y flores en un estilo entre lírico y irónico, entre inocente y socarrón con el que me siento bastante identificado. Su manera de intentar registrar lo real mediante el formato poético, y el modo en el que sabe que ese registro es incompleto o inútil, se asemeja a mi modo de entender la escultura. Por eso al intentar enfrentarme a su obra desde lo material, solo puedo seguir el rastro de sus paseos y ofrecer un poco de ese lugar concreto que él describe mediante el lenguaje. Me cuesta resumir su obra en unos versos o en un poema, animo a la gente a que lo disfrute en su conjunto. Sí que es cierto que después de leerlo se me han quedado bastantes palabras en la cabeza, un imaginario. Hay un par de versos que tengo metidos dentro desde que los leí por primera vez: “Cómo ha venido esta mañana el sol/ menudo alarde”. No sé porque pero me encantan. Imagino a Aníbal muy feliz en ese momento, paseando de buena mañana y recibiendo de repente toda la luz en la cara, como un fogonazo.